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El recetario de pimientos rellenos del mundo es amplio y genial. Y es que casi todo cabe y gana en un Tribelli®, al igual que en la mayoría de los pimientos, porque combinan con carnes, con pescados, cereales, legumbres, quesos, huevos, embutidos, chacinas y con casi todas las verduras, de modo que se pueden convertir en atractivos aperitivos ligeros y sofisticados, en platos de resistencia para diario, en cenas de aprovechamiento y también en platos fáciles, casi inmediatos, o conservados o congelados para usar cuando convenga. Y son ricos adaptados a dietas limitativas: de adelgazamiento, o a formulas vegetarianas o veganas.

En realidad lo difícil es que salgan mal, pero para evitarlo y para rozar la perfección conviene cuidar algunos detalles.

El aspecto

  • Por supuesto hay que usar pimientos de calidad y en su mejor momento, Tribelli® tersos, crujientes y perfectos. Eso no es difícil porque duran mucho sin desmejorar.
  • Aprovechando los colores hay que distribuirlos y combinarlos con cuidado estético, con armonía, simetría, atendiendo al equilibrio cromático tanto en la fuente de asado como en el plato.
  • Conservar las formas. Para que no se abran y se desperdigue el relleno hay que mantenerlos inmóviles durante la cocción. Para eso, si van verticales, asegurar el equilibrio de cada uno o alisar con un leve corte el pie, para asegurar que se mantendrán también después, en el plato. Elegir bien el tamaño del recipiente para que quepan justos, muy pegados, aun cuando se ablanden.
  • antenerlos tapados y con su tallito. Aunque se tueste y se ennegrezca es un asa estupenda.

El relleno

  • Todo cabe en un Tribelli®, es cierto, pero mejoran si el interior contrasta con el exterior, y no solo en color. Los pimientos dulces agradecen un pícaro toque especiado, ácido o un punto picante que despierte el paladar en algún bocado.
  • Igual pasa con el tacto. Puesto que la carne de pimiento asado o frito es tan voluptuosamente sedosa agradece un contraste en el relleno o en rebozo. Algo que cruja o que requiera masticar: un empanado en Panko o una corteza de bacon…
  • La textura del relleno debe estar integrada y no deshacerse al primer bocado porque el truco consiste en que se puedan comer a la vez, que el Tribelli® se integre en todos los bocados.
  • Cuidar de limitar los tiempos de cocción o de salteado de los rellenos (sean bechameles, o carnes picadas o pescados en conserva) para que no se pasen al añadir el tiempo que requieren los Tribelli® para asarse o freírse.

Los sabores

  • Para que los Tribelli® desplieguen todo su sabor deben salpimentarse antes de rellenarlos.
  • Para dar la textura perfecta a la mezcla requerirá algo de líquido. Lo mejor para intensificar el sabor es caldo, cerveza intensa, el vino adecuado o un licor flambeado.
  • El Tribelli® no debe ser un mero recipiente sino apartar su sabor al relleno. Por so hay que cocinarlos tapados y lentamente, para que todo, aromas y gustos, queden dentro.
  • Los quesos y otros ingredientes fundentes siempre se agradecen.
  • Y, como punto final, las salsas. Una buena combinación con salsas adecuadas a cada receta, que siempre hay para elegir, servirán para enriquecer los sabores, como marco para napar el plato y lucir más los Tribelli® y aportarles opulencia, ligereza o frescura, lo que haga falta en cada ocasión.

Usa el Tribelli® perfecto para cada elaboración. Por ejemplo, con los mini podrías hacer Tribelli® rellenos de gambas con pesto de zanahoria! ¿Lo intentas?

Receta de Tribelli® rellenos de gambas con pesto de zanahoria

Receta de Tribelli® rellenos de gambas con pesto de zanahoria

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